Ponemos todos los ingredientes, excepto las semillas de sésamo, en el vaso de la batidora o en un robot de cocina.
Trituramos hasta que quede un puré suave.
Lo ponemos en un bol. Añadimos sésamo al gusto y servimos.
Con el agua de hervir los garbanzos, podemos ajustar la textura del humus.

Este plato mejora si lo hacemos el día anterior.
Puede ser un aperitivo o un entrante, acompañado de bastoncitos de verduras. 

 

El humus es un plato de origen árabe, muy extendido por todo el Oriente Medio, Turquía y el Mediterráneo. Se puede cocinar con garbanzos de bote, sin que pierda su sabor. Simplemente, debemos escurrir los garbanzos y enjuagarlos.
La  remolacha la podemos encontrar  fácilmente  en los supermercados y fruterías hervida y envasada al vacío. Podemos congelar la que nos sobre.
Esta receta nos la ha explicado nuestra amiga Silvia Bernet.

 

 

Un hummus, delicioso y vistoso. ¡Os encantará!